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BRD efectivo: cómo escribir documentación que tu equipo realmente use

BRD efectivo: cómo escribir documentación que tu equipo realmente use

Un BRD no tiene por qué ser un tocho olvidado. Descubre cómo estructurarlo para que sea útil, claro y accionable tanto para stakeholders como para el equipo técnico.

La mayoría de los equipos ha sufrido lo mismo: un BRD (Business Requirements Document) larguísimo, lleno de jerga, que se comparte una vez y termina acumulando polvo en la carpeta de Drive. Pero no tiene por qué ser así. Un buen BRD puede convertirse en una herramienta viva, que conecte las necesidades del negocio con el trabajo del equipo técnico y de producto.

El secreto está en entender que el BRD no es un contrato rígido, sino un mapa de contexto y objetivos. Debe ser lo suficientemente claro para alinear a los stakeholders, pero también lo bastante conciso y práctico para que el equipo lo consulte en el día a día.

En lugar de obsesionarse con la extensión, lo importante es la estructura. Un BRD efectivo debería responder a tres grandes preguntas:

  • Qué problema queremos resolver y por qué es importante: contexto del negocio, impacto esperado y métricas de éxito.
  • Para quién lo resolvemos: descripción breve del usuario o cliente, sus necesidades y puntos de dolor.
  • Qué limitaciones y criterios debemos tener en cuenta: alcance, dependencias, restricciones legales o técnicas.

Una vez cubierto lo esencial, todo lo demás se puede adjuntar como material complementario. Así, el documento principal sigue siendo breve, claro y accionable.

También es clave la forma en que se presenta. El BRD no tiene por qué ser un PDF estático: puede vivirse en una herramienta colaborativa como Confluence, Notion o Google Docs, donde se mantenga actualizado y sea fácil de comentar. Incluso pequeños toques visuales —diagramas de flujo, capturas o wireframes— ayudan a que el contenido sea más digerible y atractivo.

En resumen: un BRD efectivo no se mide por la cantidad de páginas, sino por lo mucho que facilita la colaboración y la toma de decisiones. Si tu equipo lo consulta de manera recurrente y los stakeholders lo entienden sin pedir traducción, entonces el documento cumplió su propósito.